Nacimiento de Cristo

Nacimiento de Cristo

Poema por Sor Juana 

De la más fragante rosa Nació la abeja más bella, A quien el limpio rocío Dio purísima materia. Nace, pues, y apenas nace, Cuando en la misma moneda, Lo que en perlas recibió Empieza a pagar en perlas. Que llora el alba, no es mucho Que es costumbre en su belleza; Mas ¿quién hay que no se admire De que el sol lágrimas vierta? Si es por secundar la rosa, Es ociosa diligencia, Pues no es menester rocío Después de nacer la abeja. Y más cuando en la clausura De su virginal pureza Ni antecedente haber pudo, Ni puede haber quien suceda, ¿Pues a que fin es el llanto, que dulcemente riega? Quien no puede dar más fruto ¿qué importa que estéril sea? Mas ay, que la abeja tiene Tan íntima dependencia Siempre con la rosa, que Depende su vida de ella; Pues dándole néctar puro, Que sus fragancias engendran, No sólo antes le concibe Pero después le alimenta. Hijo y madre, en tan divinas Peregrinas competencias, Ninguno queda deudor, Y ambos obligados quedan. La abeja paga el rocío De que la rosa la engendra, Y ella vuelve a retornarle con Lo mismo que la engendra. Ayudando el uno al otro Con mutua correspondencia, La abeja a la flor fecunda, Y ella a la abeja sustenta. Pues si por eso es el llanto, Llore Jesús, norabuena, Que lo que expende en rocío Cobrará después en néctar. Análisis Este fragmento forma parte del poema Nacimiento de Cristo, escrito por Sor Juana Inés de la Cruz. Ella fue la mayor representante de las letras hispanoamericanas. El tema que se trata aquí es naturalmente el nacimiento de Cristo, es un poema que describe a Dios como lo máximo. El texto se puede interpretar que la abeja es Cristo y la rosa es La Virgen María. Y al paso de los años, los sacrificios tienen fruto. Una figura literaria podria ser "que llora el alba", es una figura literaria de personificación, debido a que le da características humanas a algo que no lo es.